martes, 17 de marzo de 2015

HUELLA PLANTIGRADA DE TEROPODO, un caso escepcional.



Una gran huella de un dinosaurio terópodo  en las cercanías de Bretun (Soria)

¡Cuántas veces miramos y no vemos!. Durante años pateando la sierra de Oncala, en busca de huellas, recalando en la ermita de santa Cristina para almorzar mientras escudriñábamos el paisaje en busca de losas con posibles icnitas y sin darnos cuenta de que a nuestros pies había un hueco de grandes proporciones y forma rara. Pero por fin, la vimos.
Delante de nosotros, en uno de los escalones que llevan a esta pequeña ermita,  hay una gran huella solitaria y muy profunda que corresponde al pie izquierdo de un gran dinosaurio terópodo de algo menos de 9 m de longitud, posiblemente más,  que parece estar dispuesto a dar el salto desde la cornisa a la carretera. Lo más llamativo es que los dedos están perfectamente delimitados y que apoya el talón,  de modo que la huella es plantígrada cuando, en general, las huellas de los terópodos y de casi todos los dinosaurios son digitígradas.
 Fotografia de la Icnita y dibujo cientifico de la misma. Carolina Fuentes y Manuel Meijide.
 
También en esa cornisa, si se mira con atención, se distinguen dedos e incluso alguna huella incompleta de otros terópodos, cerca nos encontraremos con un pequeño yacimiento, actualmente someramente protegido con unas capas de tela embreada que más de una vez hemos encontrado levantadas, donde aparecieron las preciosas huellas de un pequeño terópodo, el Kalohipus bretunensis, no más grande que una gallina, único para Soria y España. 

 Allosaurus, posible autor de la huella

Ojalá todos los yacimientos de icnitas estuviesen protegidos, el frío, las heladas, el calor, el ganado, los curiosos y  los “coleccionistas” desaprensivos provistos de radiales, las destruyen sin remedio. La única y verdadera protección posible es que, después de catalogadas y estudiadas, se vuelvan a cubrir de tierra para que las inclemencias del tiempo no las deshagan y para que los “coleccionistas” no destruyan lo que llevó tantos millones de años en formarse.
Por supuesto, la gran huella de Santa Cristina está bien tapada.
 Si quieres ver el estudio completo pincha PDF