martes, 26 de febrero de 2013

LA HISTORIA DEL PICO FRENTES, SORIA.



En 1995  tuve ocasión de impartir un curso en el CPR de Soria sobre una serie de puntos de interés geológico-paleontológico en la provincia, verdadero museo al aire libre para todo aquel que esté interesado en estos temas.
El primer punto a tratar y casi el que más interés despertó entre los profesores asistentes, posiblemente por su cercanía y asequibilidad, fue Pico Frentes.
Así que inicio aquí una pequeña serie con los hitos geológicos-paleontológicos de Soria que conformaron aquel curso.
La mole de Pico Frentes que domina el paisaje al noroeste de la capital, eslabón final de la Sierra de Cabrejas, ha sido comparado a menudo, dada su fisonomía, con un navío con la quilla al sol. En realidad se trata de una muela alargada, un sinclinal colgado con precipicios que tajan al norte sobre Ocenilla y Toledillo y al sur por encima de Fuentetoba. La planicie de su cumbre desciende hacia el suroeste y empalma con La Llana, con la cornisa de Peña Cruz y Los Oteros y se extiende hasta Carbonera y Villaciervos. 

 Pico Frentes visto desde Valonsadero.

Entre Pico Frentes y Peña Cruz, cerca de Fuentetoba, nace el río Golmayo, en un paraje fantástico que a veces parece de cuento de hadas.

Cascada de La Toba.
 

 Tobas con improntas fosiles de hojas.
 
Pero, dejando aparte el paisaje, su importancia geológica ha sido y sigue siendo capital para el estudio del Cretácico marino en Iberia, ya que en él aparecen todos los niveles o pisos del mismo.
El final del Cretácico inferior está representado por el Albense (-112 millones de años) formado por areniscas caolínicas y feldespáticas, con una potencia (espesor) de 500 m aproximadamente. En la base son de color blanco y van adquiriendo tonos rojizos a medida que se asciende por la ladera debido a los oxidos de hierro, creando zonas de abigarrada belleza. Las areniscas de su tramo inferior se utilizaron en la fabricación de asperón y de algunas zonas se extrajo asfalto. En Cidones y Ocenilla aparecen con frecuencia restos de árboles fosilizados y en Fuentetoba fragmentos de lignito (carbón).


 Cornisas y areniscas abigarradas.

Aunque parezca mentira, todo este nivel corresponde a una extensa playa.
Después, en el Cretácico medio-superior (pisos Cenomanense-Turonense, -99 a -88 millones de años) se produjo una gran transgresión marina, al periódo playero sucedió un régimen marino profundo y la costa del mar de Tethys retrocedió hasta el centro peninsular. En Pico Frentes se depositaron primero margas y después una resistente costra caliza de 100 m de espesor que también puede verse en las sierras del Tiñoso, Santa Ana, Picazo y San Marcos, en las que quedó fosilizada una importante muestra de la fauna marina existente: ammonites, erizos, pectínidos, ostras, braquiópodos, rudistas, gasterópodos…, formando un macroyacimiento  que, aunque ya está muy esquilmado, pues quien ha subido a Pico frentes y no se ha llevado un fósil de recuerdo, todavía es un muestrario importante del fondo marino del Cretácico.

 Costra caliza.

 Anmonoideo y Tylostoma.

 Erizo y ostreido.

Pectinido y Terebratula.

Al final del Cretácico superior (Senonense, -88 a -65 millones de años) se produjo la retirada definitiva del mar y la instalación de un régimen lacustre al que se denomina Garumnense, que aparece en la meseta superior de Pico frentes, apenas 20 m de relleno, en el que se encuentran gasterópodos terrestres que se utilizan como fósiles guía de este periódo, un suelo terroso, amarillento, corroído  por la intemperie.
¿Qué pasó después?
Hace unos 56 millones de años fuertes movimientos tectónicos elevaron La Llana quedando al sur un valle donde hoy está Peña Cruz y al norte otro valle correspondiente a Pico Frentes  (sinclinales). Muy al norte se formo una cordillera antecesora de Urbión y Cebollera cuyos picos posiblemente sobrepasasen en 1000 m  a las cumbres actuales.
Hace unos 40 millones de años las lluvias torrenciales, los vientos huracanados y los ríos salvajes originaron una fortísima erosión al tiempo que se produjo una elevación general de la Península. La Llana se desgastó y se formó una gran vaguada, se excavó la hoya de Villaciervos y fueron quedando como únicos testigos de las antiguas elevaciones Peña Cruz, Pico Frentes, Cabrejas…
Hace unos 5 millones de años la erosión acabó por desgastar la zona y talló los acantilados, las repisas y los taludes del Pico y las sierras circundantes. Y finalmente, las grandes glaciaciones del Cuaternario  y las grandes avenidas del antecesor del Duero, terminaron de configurar las tierras que hoy conocemos.

 Foto aérea y mapa topográfico del Pico Frentes.

martes, 12 de febrero de 2013

LA ICNITA MAS GRANDE JAMAS ENCONTRADA

Aunque casi nunca se les menciona, los primeros en conocer la existencia de las icnitas en Tierras Altas de Soria, fueron los pastores de ovejas, algunos lugareños y, a veces, el maestro o el cura, y fue a través de sus indicaciones como los primeros científicos que las dieron a conocer, Viera y Torres (1980, 1981), supieron de su existencia. El estudio se abandonó enseguida y no fue hasta 1989 que nosotros continuamos con las prospecciones.

En 1993, tuvimos una primera reunión con J.L. Sanz y J.J. Moratalla con vistas a la realización de una guía de las icnitas de dinosaurios de Castilla y León, guía bastante sencilla en la que incluimos los yacimientos más llamativos que conociamos por entonces, y que se publicó en 1997 por la Junta de Castilla y León y las Diputaciones de Soria y Burgos.
En 1994 conocimos a J. L. Rubio de Lucas, que también intervino en la elaboración de dicha guía.

 Primera fotografia de la icnita en 1994 y guia paleontologica.

Viene esto al caso porque el año anterior encontramos una huella extraordinaria por su tamaño y conservación a pie de carretera, que fotografiamos, medimos e incluimos en nuestro inventario, con la intención de publicarla al poco tiempo. Pero, en una visita que realizamos a los yacimientos en febrero de 1994 con Fernando Palacios y Rubio de Lucas, al enseñarles dicha huella, Rubio nos explicó que ya la conocía por habérsela mostrado un pastor y que estaba en trance de publicarla bajo el nombre de Yanguanosaurus luzoni. Así que nuestro gozo en un pozo.

Durante los años siguientes estuvimos realizando el Inventario de  los afloramientos de impresiones fósiles (icnitas) de dinosaurios y otros vertebrados de las Tierras Altas de Soria  para la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León dentro del programa IDPI (icnitas de dinosaurios de la Península Ibérica). 

En abril de 1996, conseguimos que el Servicio Territorial de Fomento de la Junta de Castilla y León nos ayudase a recuperar aquella enorme huella que corría el riesgo de desaparecer dada su ubicación, la caída de grandes piedras del cantil de la carretera y la erosión. Con su ayuda y  la de la maquinaria pertinente, se levantó la gran losa donde estaba la huella, de más de 700 kilos, despues se llevó al Museo Numantino de Soria, en donde quedó expuesta en el exterior dado que su peso habría dañado el suelo del Museo.

 Recuperación de la icnita en 1996.

 Articulo sobre el hallazgo de la huella con Manuel Meijide en el Museo Numantino en 1996.

 Al tiempo de proceder a su depósito y como es lógico, presentamos en el Museo un breve informe técnico sobre la huella siendo entonces Director del mismo, J. Argente, que nos dió todo tipo de facilidades pero que ya nos dijo que no era el lugar idóneo para ella, así que al poco tiempo fue trasladada al Aula Paleontológica de Villar del Río.
Rubio seguía sin publicarla.

En el  inventario que hicimos para Patrimonio, aparece con entrada el 19/06/1994 y nº de referencia 0140501. Yacimiento: Barranco de Valduérteles I, Villaseca Somera, Municipio de Las Aldehuelas.

 Detalle del tamaño de la icnita.

La icnita  es un hiporrelieve correspondiente al relleno de la huella del pie izquierdo de un enorme dinosaurio Terópodo (carnívoro) que posiblemente no esté descrito pero que pudiera ser un Allosauroideo, única familia reconocida hasta el momento en el Berriasiense europeo (más del 90% de las icnitas de Tierras Altas de Soria pertenecen al paso Titónico-Berriasiense, es decir al último escalón del periodo Jurásico y al primero del periodo Cretácico, con una edad aproximada de 145 millones de años).
La longitud de la huella es de 69 cm y su anchura de 55 cm, presenta almohadillas en los dedos, que son muy fuertes y terminan en grandes garras. Basándonos en su longitud calculamos que la altura de la cadera sería de 3,50 m, que la longitud del animal sería de unos 12 m y que su peso estaría en torno a las 2 toneladas.
Algo terrorífico para el resto de la fauna del lugar, incluido el terópodo de mediano tamaño cuya huella ha quedado impresa en la zona plantar de la huella gigante, aunque otros crean que se trata de almohadillas auxiliares del pie del gigante.
 

Fotografia de la icnita y dibujo cientifico en el que se aprecia la presencia de otra huella de teropodo de menor tamaño, sobre la que piso nuestro gigantesco ejemplar.

Pasaron los años y como no hubo ninguna publicación por parte de Rubio de Lucas nos pusimos manos a la obra par hacer una publicaqción, pero por casualidades de la vida en 2005, un grupo de investigadores de la Comunidad Aragonesa se puso en contacto con él y acabaron publicando los resultados  de su estudio en la Revista Española de Paleontología, sin darle nombre alguno, sin citar su número de referencia y sin nombrar la labor que habíamos realizado para conservarla. ¡Aleluya!

Nosotros la citamos en varias ocasiones, en las comunicaciones sobre icnitas de Soria que presentamos en 2005 en La Primera Convención Cubana de Ciencias de la Tierra celebrado en la Habana, antes de su publicación;  en 2006 en el 9º Congreso Argentino de Paleontología y Bioestratigrafía celebrado en Córdoba y últimamente en 2010 en el III Congreso de Paleontología celebrado en Lisboa. Y siempre ha causado una gran admiración pues, que sepamos, es la icnita más grande encontrada en el Cretácico inferior de España y de Europa.


Pie de Allosaurus y cuarto delantero, dibujo de Raul Martin para Larousse.