viernes, 15 de noviembre de 2013

LA SORIA SUBMARINA DEL CAMBRICO...



Si por medio de un extraño artilugio pudiésemos trasladarnos en el tiempo hasta mediados del Cámbrico, hace unos 500 millones de años, no podríamos encontrar a Soria, pues  aún formaba parte del fondo marino, por el que pululaban los primeros invertebrados y se desarrollaban las primeras algas en una etapa de explosión vital y de grandes cambios en la superficie del planeta.


Entre esos primeros invertebrados se encontraban unos extraños artrópodos, los trilobites, cuyos fósiles podemos encontrar, con mucha suerte, en las cercanías de Borobia.


 Trilobites.
El nombre alude a que el exoesqueleto de estos animales estaba formado por tres lóbulos y a su cuerpo dividido en tres porciones, cabeza, tórax y pigidio. La cabeza era relativamente grande y en ella se situaban los ojos, grandes y compuestos de ojos simples como los de los insectos, además en la región cefálica debían encontrarse también algunos de sus órganos internos. El tórax formado por numerosos segmentos llevaba en cada uno de ellos un par de patas, a menudo terminados en uñas o pinzas. Y el pigidio constaba de varios segmentos soldados entre sí. Este exoesqueleto era tan flexible que les permitía enrollarse sobre si mismos cuando estaña en peligro, igual que hacen algunos crustáceos actuales como las cochinillas de humedad.

 Cochinillas actuales. 

Los de mayor tamaño llegaban hasta los 10 cm de longitud, aunque se han encontrado ejemplares de medio metro. Otros eran tan pequeños que se supone que formaban parte del plancton.
Desafortunadamente no dejaron descendencia y lo más parecido que existe en este momento en los mares cálidos es el Límulo o Cacerola de las Molucas.

  Cacerolas de la Molucas.

viernes, 27 de septiembre de 2013

RINOCERONTE DE MERCK EN CANTABRIA

Hace muchos años, cuando andábamos de cuevas con Pepe León y el resto del Grupo de Espeleología de Santander, no era raro encontrar por aquel entonces fósiles de grandes vertebrados en cual quiera de ellas, que habían llegado hasta allí trasportados por las corrientes subterráneas o quizas por la mano del hombre.
Los fósiles iban a parar a los almacenes del Antiguo Museo de Prehistoria y Arqueología de Santander y si había suerte y merecian una publicación, se daban a conocer a través de una revista publicada por el Patronato de Cuevas Prehistóricas de la Provincia de Santander, llamada "Cuadernos de Espeleología", de la que solo llegaron a editarse 10 números a cual más interesante.
Lástima que esta revista desapareciera en 1982 y dejase tantos y tantos hallazgos en el tintero.

Molares superiores de Dicerorhinus mercki.

Entre esos hallazgos, quizas uno de los más interesantes sea el de las muelas de Rinoceronte de Bosque, Dicerorhinus mercki, pues, como casi nunca se han encontrado restos esqueléticos de este animal en el norte de España, son el único dato real de su existencia en esta zona. PDF

Era un rinoceronte parecido al rinoceronte blanco actual, habitante de zonas arboladas y adehesadas donde pastaba. Es muy posible que los hombres primitivos cantabros los cazaran por medio de trampas y fosos dado su gran tamaño, cercano a las dos toneladas de peso.

Pintura de M.Maitland Howard.

viernes, 7 de junio de 2013

ESCOBOSA DE CALATAÑAZOR: un oasis en el paramo del Mioceno soriano.



El Mioceno es una época de degradación climática, hace más frío y el tiempo es menos húmedo que en épocas anteriores, lo que modifica directamente la vegetación con resultados sorprendentes para la fauna: las praderas de gramíneas sustituyen a los bosques y aparecen grandes zonas áridas en las que aún persisten ojos de agua y alguna vegetación palustre, es la era de los herbívoros. 

Y al mismo tiempo es una época de cambios profundos, la placa Africana choca con la Eurasiática y se establece un puente por el que la fauna de una y otra invade nuevos territorios, se producen intercambios a todos los niveles  y España es  obligada zona de tránsito para unas especies que pasaran de largo camino de Europa  y América o se quedarán para siempre.

El yacimiento de Escobosa de Calatañazor que  se encuentra en el borde septentrional de la Cuenca de Almazán, pertenece al Mioceno medio-alto, tiene una edad aproximada de 12 millones de años y es un claro exponente de estos cambios.

Es relativamente pequeño ya que es el relleno de una grieta de origen kárstico pero desde que en 1974 Clemente Saenz publicó un resumen de la estratigrafía de la zona, ha sido objeto de numerosos estudios y publicaciones porque, ha proporcionado una asociación de pequeños mamíferos totalmente nueva para el Mioceno de la Península, con varias especie nuevas y claros endemismos que la separan del resto de faunas de micromamíferos de Europa e incluso de otros yacimientos españoles.

 Prolagus tobieni

Muchos de estos pequeños mamíferos están aún presentes en la fauna actual, no con los mismos nombre pero si con las mismas características morfológicas o de hábitat,
Es el caso de los sorícidos o musarañas, de los topos, de los cricétidos  o  hamsters europeos, de los lagomorfos ocotónidos (liebres silvadoras de America del Norte ), de los glíridos o lirones de Europa y Africa, de las tamias o ardillitas de Estados Unidos o de los quirópteros que  pueblan las noches de todos los continentes.

Cricetodon soriae
 
Pero, también en el yacimiento han aparecido restos de anfibios, de reptiles y de aves de pequeño tamaño y algún diente de artiodáctilo así la suposición más extendida es que es muy probable que todos o casi todos ellos fueran las presas de aves rapaces que regurgitaron los restos óseos en sus egagrópilas mientras descansaban en su covacha.

Y, no busquéis este yacimiento, hace tiempo que desapareció debido a la erosión y la acción humana y lo mismo sucederá con el pueblo que le da nombre, abandonado y en ruinas. Aunque siempre queda la esperanza de que existan más fósiles en alguna otra grieta que confirmen su rareza.



viernes, 3 de mayo de 2013

MAZATERÓN, el pantanal del Eoceno soriano.



Si Pico Frentes es el mejor exponente de la fauna marina del Cretácico superior soriano, “La Solana” en Mazaterón está considerado como el mejor y más completo yacimiento de vertebrados del Eoceno medio español.
Hace más de 50 millones de años, el nivel de los océanos era muchísimo más alto que el actual debido sobre todo a que al final del Cretácico y durante el Paleoceno el calor había sido extremo, se habían derretido las masas glaciares y se habían movido y fracturado los continentes mesozoicos.
Europa se convirtió en un enorme archipiélago de islas subtropicales y por descontado España también desapareció bajo las aguas y se convirtió en un grupo de islas, la mayor de las cuales comprendía lo que hoy es Castilla, Portugal, Galicia y Asturias.
La división del continente en tantas islas originó que en cada una de ellas aparecieran endemismos, tanto de fauna como de flora, que en muchas ocasiones hacen que los yacimientos de fósiles encontrados en estas zonas  sean únicos y excepcionales. Tal es el caso del yacimiento de “La Solana” en Mazaterón.

 Trinchera de "La Solana" en Mazaterón

Imaginemos el este de Soria como un inmenso pantanal tropical rodeado por zonas de pastos y áreas más áridas y tendremos una idea de cómo era el ambiente de Mazateron hace 45 millones de años, habitado por una fauna única y espectacular: tortugas gigantes como las del genero Hadrianus, cocodrilos  de tipo aligátor y otros del género Iberosuchus.

 Tortuga gigante del género Hadrianus
 
Y sobre todo una gran diversidad de mamíferos, entre ellos varios géneros de perisodáctilos del grupo del Palaeotherium, que eran muy parecido a un caballo pero con  cuatro dedos con pezuña en las patas delanteras y tres en las traseras y del Lophiodon, un tapiroideo muy parecido a los actuales pero con un fuerte dimorfismo sexual ya que el macho estaba dotado de unos fuertes caninos que en las hembras eran muy reducidos. 


 Palaeotherium y mandíbula de Paranchilophus remyi.
 
De artiodáctilos del grupo de los  Anoplotéridos,  semejantes también a tapires pero con dedos pares en las patas y uñas que parecen garras.

 Anoploterido y maxilar de Dacrythrium sp.

Y unos raros carnívoros llamados Creodontos  representados en el yacimiento por el género Proviverra que parece un cruce entre una civeta y un perro y que predaría preferentemente sobre los pequeños roedores que infestaban el pantanal.

 Proviverra.

Pero, los mamíferos más llamativos son los primates de los que han aparecido tres géneros  distintos: Adapis sp. y Mazateronodon endemicus, del tamaño de una ardilla, cráneo alargado y un fuerte hocico, muy parecidos a los lémures actuales y Pseudoloris cuestai casi idéntico a un  diminuto tarsero, el primate más primitivo y famoso del archipiélago malayo.

 Tarsero malayo

Una fauna irrepetible que desapareció  en las épocas posteriores pero que es la base de la fauna que hoy conocemos.
Y ahora, un poco de historia actual. Las excavaciones en Mazateron se realizaron entre los años 1989 y 1990 por un equipo dirigido por el Dr. Emiliano Jimenez Fuentes y el material obtenido se  encuentra depositado en la Universidad de Salamanca, de donde han salido numerosas publicaciones sobre la fauna y la geología del yacimiento, la mayoría de ellas en la revista Studia Geologica Salmanticensia de reconocido renombre en el mundo científico. La  lista de fauna se eleva a 26 vertebrados diferentes, muchos de ellos únicos en España. 

martes, 16 de abril de 2013

PTEROSAURIOS EN SORIA, los más antiguos de España.

Los primeros restos fosilizados de un pterosaurio se descubrieron en 1784 en una laja calcárea de Solnhofen (Alemania) y aunque Collini, investigador del Museo de Manhein los tuvo en sus manos, solo pudo llegar a declarar que se trataba de un animal desconocido para la ciencia despues de hacer una buena descripción del mismo.
Esta, fue motivo de controversia entre los naturalistas de la época que supusieron que se trataba de un animal marino, de un mamífero intermedio entre mamíferos y aves, de un murciélago extraño o de un raro marsupial.
En 1801 Cuvier desveló la incognita diciendo que se trataba de un animal volador, que debía ser incluido en el grupo de los reptiles y propuso para el mismo el nombre de Pterodactylus (dedo alado).
Las investigaciones , que siguieron su curso a lo largo de los dos últimos siglos, han dado como resultado que en estos momentos se conozcan más de 140 especies de estos animales repartidas por todo el mundo y agrupadas en dos subordenes, los Ranforrincoideos que se caracterizan por tener la cola larga de un lagarto terminada en un ensanchamiento en forma de rombo, que aparecieron hace 225 millones de años, en el Triásico y que proliferaron durante todo el Jurásico para desaparecer a finales de este periodo

 Rhamphorhynchus.

Y los Pterodactiloideos, pterosaurios de cola corta que dieron ejemplares gigantescos como el Pteranodon y otros más pequeños que un gorrión como el Pterodactylus nanus y que desaparecieron hace 65 millones de años, a finales del Cretácico.

 Pterodactylus.

Su conservación ha sido siempre dificil ya que sus huesos son huecos y finos de modo que existen pocos ejemplares completos.
En España son muy escasos, se han encontrado algunos restos en el Cretácico inferior de Teruel (Galve y Vallipon) y de Cuenca (Las Hoyas) y en el Cretácico superior de Valencia (Tous) y Burgos (Condado de Treviño) sin  que se haya podido llegar a la clasificación de un género concreto.
Excepcionalmente, en el Cretácico inferior de La Rioja (Préjano, edad Aptiense, 120 millones de años) pudimos determinar la primera especie española, Prejanopterus curvirostra, de la que ya dimos noticia en este blog.
En Soria, en la Sierra de Oncala, encontramos en 1992 y 1993 los fragmentos de unas falanges alares pertenecientes a un Pterodactiloideo de edad Titónico-Berriasiense (paso del Jurásico al Cretácico hace 140 millones de años ) siendo estos los restos más antiguos encontrados hasta la fecha en nuestro pais.
Publicacion PDF

 Falanges alares de un Pterodactiloideo de Oncala, Soria.

martes, 26 de febrero de 2013

LA HISTORIA DEL PICO FRENTES, SORIA.



En 1995  tuve ocasión de impartir un curso en el CPR de Soria sobre una serie de puntos de interés geológico-paleontológico en la provincia, verdadero museo al aire libre para todo aquel que esté interesado en estos temas.
El primer punto a tratar y casi el que más interés despertó entre los profesores asistentes, posiblemente por su cercanía y asequibilidad, fue Pico Frentes.
Así que inicio aquí una pequeña serie con los hitos geológicos-paleontológicos de Soria que conformaron aquel curso.
La mole de Pico Frentes que domina el paisaje al noroeste de la capital, eslabón final de la Sierra de Cabrejas, ha sido comparado a menudo, dada su fisonomía, con un navío con la quilla al sol. En realidad se trata de una muela alargada, un sinclinal colgado con precipicios que tajan al norte sobre Ocenilla y Toledillo y al sur por encima de Fuentetoba. La planicie de su cumbre desciende hacia el suroeste y empalma con La Llana, con la cornisa de Peña Cruz y Los Oteros y se extiende hasta Carbonera y Villaciervos. 

 Pico Frentes visto desde Valonsadero.

Entre Pico Frentes y Peña Cruz, cerca de Fuentetoba, nace el río Golmayo, en un paraje fantástico que a veces parece de cuento de hadas.

Cascada de La Toba.
 

 Tobas con improntas fosiles de hojas.
 
Pero, dejando aparte el paisaje, su importancia geológica ha sido y sigue siendo capital para el estudio del Cretácico marino en Iberia, ya que en él aparecen todos los niveles o pisos del mismo.
El final del Cretácico inferior está representado por el Albense (-112 millones de años) formado por areniscas caolínicas y feldespáticas, con una potencia (espesor) de 500 m aproximadamente. En la base son de color blanco y van adquiriendo tonos rojizos a medida que se asciende por la ladera debido a los oxidos de hierro, creando zonas de abigarrada belleza. Las areniscas de su tramo inferior se utilizaron en la fabricación de asperón y de algunas zonas se extrajo asfalto. En Cidones y Ocenilla aparecen con frecuencia restos de árboles fosilizados y en Fuentetoba fragmentos de lignito (carbón).


 Cornisas y areniscas abigarradas.

Aunque parezca mentira, todo este nivel corresponde a una extensa playa.
Después, en el Cretácico medio-superior (pisos Cenomanense-Turonense, -99 a -88 millones de años) se produjo una gran transgresión marina, al periódo playero sucedió un régimen marino profundo y la costa del mar de Tethys retrocedió hasta el centro peninsular. En Pico Frentes se depositaron primero margas y después una resistente costra caliza de 100 m de espesor que también puede verse en las sierras del Tiñoso, Santa Ana, Picazo y San Marcos, en las que quedó fosilizada una importante muestra de la fauna marina existente: ammonites, erizos, pectínidos, ostras, braquiópodos, rudistas, gasterópodos…, formando un macroyacimiento  que, aunque ya está muy esquilmado, pues quien ha subido a Pico frentes y no se ha llevado un fósil de recuerdo, todavía es un muestrario importante del fondo marino del Cretácico.

 Costra caliza.

 Anmonoideo y Tylostoma.

 Erizo y ostreido.

Pectinido y Terebratula.

Al final del Cretácico superior (Senonense, -88 a -65 millones de años) se produjo la retirada definitiva del mar y la instalación de un régimen lacustre al que se denomina Garumnense, que aparece en la meseta superior de Pico frentes, apenas 20 m de relleno, en el que se encuentran gasterópodos terrestres que se utilizan como fósiles guía de este periódo, un suelo terroso, amarillento, corroído  por la intemperie.
¿Qué pasó después?
Hace unos 56 millones de años fuertes movimientos tectónicos elevaron La Llana quedando al sur un valle donde hoy está Peña Cruz y al norte otro valle correspondiente a Pico Frentes  (sinclinales). Muy al norte se formo una cordillera antecesora de Urbión y Cebollera cuyos picos posiblemente sobrepasasen en 1000 m  a las cumbres actuales.
Hace unos 40 millones de años las lluvias torrenciales, los vientos huracanados y los ríos salvajes originaron una fortísima erosión al tiempo que se produjo una elevación general de la Península. La Llana se desgastó y se formó una gran vaguada, se excavó la hoya de Villaciervos y fueron quedando como únicos testigos de las antiguas elevaciones Peña Cruz, Pico Frentes, Cabrejas…
Hace unos 5 millones de años la erosión acabó por desgastar la zona y talló los acantilados, las repisas y los taludes del Pico y las sierras circundantes. Y finalmente, las grandes glaciaciones del Cuaternario  y las grandes avenidas del antecesor del Duero, terminaron de configurar las tierras que hoy conocemos.

 Foto aérea y mapa topográfico del Pico Frentes.